lunes, 10 de marzo de 2014

A remarkable day

Un día de dolor en el cuello y acabas teniendo un día para recordar...
¿Alguna vez has hecho un esfuerzo horrible pero cojudo? algo así me pasó, fué gracioso porque en realidad sólo escuché algo y volteé cuando estaba dormida en cama, ese pequeño esfuerzo hizo que algún músculo desconocido para mi me deje imposibilitada a mover mi cuello, andaba todo el día cual caballo de carrera ¡siempre mirando adelante! pues bien, salí a encontrarme con una amiga y mientras la esperaba como siempre mirando al frente descubrí cosas al verme obligada a observar y observar, muchos en la cafetería estaban leyendo en sus celulares aún cuando estaban sentados con alguien comiendo (debería ser prohibido el chat en lugares diseñados para el contacto humano, sólo emergencias) otros si estaban conversando entre ellos, me llamó la atención una joven asiática que caminaba sola y pidió sushi, me llamó la atención por como comía (delicadeza poco usual) y de la misma manera un joven que estaba atento a la pantalla de su ordenador (mochila a su lado, no mas de 25 años), la mayoría distante...me levanté y pese a haberme encontrado con mi amiga tuve que esperar más, el tiempo pasaba (¡como se demora!) y miraba desde un balcón a un señor ya de edad necesaria para ser abuelo decirle a un niño de 5 años que baje, el niño estaba dubitativo y sonriente, fué gracioso porque cuando una señora mira que el niño no puede o no quiere bajar las escaleras electrónicas y se apresura a ayudarlo el niño se apresura a bajar y simultáneamente el señor sube (porque pretendía subir y bajar agarrando al niño) entonces èl subía y el peladito bajaba :)
Conversé con mi amiga, creo que más nos entendimos entre silencios y risas que queriendo explicar lo que sentíamos, dijo que me brillaban los ojjos cuando hablaba de algo que me gustaba, pienso que eso suele pasarnos en general; me topé con un amigo que no veía hace tiempo, más bien yo lo vi y descubrir que su sonrisa y manera de hablar era la misma y fué suficiente para que me sintiera tranquila porque uno busca con esos encuentros a las personas precisamente porque guarda recuerdos de lo que fueron alguna vez en su amistad, y si, fué igual que siempre, luego volví a toparlo por los pasillo, y nuevamente antes de irme me lo topé. Pensé "ahhh los amigos" perfectos extraños a los que les confías instantes de tu vida y con quienes compartes tu felicidad.

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